Ana Salcedo de Dios ha inaugurado un nuevo despacho de abogado en la calle Camino de la Vega, 7, de San Esteban de Gormaz, ampliando así el espacio para la defensa de los vecinos de la comarca. Entre los trabajos que realiza las tardes de martes, jueves y viernes de 5:30 a 20:30 y los miércoles durante todo el día, están en el campo civil negociaciones de herencias, familia, reclamaciones de pagos, desahucios, arrendamientos, también en penal casos como violencia de género, al igual que en el campo laboral negociación de despidos o temas de carácter administrativos, como impuestos de transmisiones. Unos servicios que, además, cuentan con un precio que se basa en las tablas de minutación que recoge el Colegio de Abogados de Soria, con total transparencia.
Ana Salcedo es natural de Soria, pero el amor le llevó hace años a la localidad ribereña, donde vive con su familia y donde ha trabajado en distintos campos antes de dar el salto al emprendimiento. Se licenció en Derecho en la Universidad de Zaragoza y tras un año estudiando las ofertas laborales y la posibilidad de estudiar oposiciones, comenzó su carrera profesional como pasante en el despacho jurídico de Construcciones Soto, hasta que surgió la oportunidad de cubrir una sustitución en la asesoría de José Antonio Alcalá Carralcazar en San Esteban de Gormaz. Allí estuvo trabajando durante casi 8 años hasta que un día decidió montar su propio negocio, una tienda de ropa en la localidad, probando el mundo del autónomo, durante otros 7 años, pero compatibilizando con preparación de oposiciones de Justicia, hasta que casi al final de este periodo decidió abrir su propio despacho de abogado, también en la localidad ribereña.
Era finales de 2014 y desde entonces hasta hoy su carrera se ha centrado en la abogacía desde San Esteban con su propio negocio, lo que le permite cumplir su deseo de “tomar sus propias decisiones” y poner en práctica todo lo aprendido durante la preparación de las oposiciones de Justicia, donde redescubrió el campo procesal, el conocimiento de los distintos procedimientos de ámbito civil, penal o administrativo, que ratificó lo que había disfrutado durante la carrera.
Además, desde 2017, también trabaja para la fundación Apip-Acam como asesora jurídica, compatibilizando ambos trabajos, el de la fundación y el de su despacho.
“Lo ideal es la especialización, aunque es difícil en un pueblo”, reconoce Salcedo, quien explica que cuando el trabajo se realiza en un núcleo de las dimensiones de San Esteban es más complicado porque hay que realizar trabajos de todo tipo, como cláusulas suelo, herencias, temas familiares, por lo que asegura que “especializarte y perder la oportunidad de poder trabajar en otros campos no es coherente”. Aunque cuando comenzó su carrera profesional en San Esteban pensaba que el hecho de vivir en un pueblo iba a ser una complicación a la hora de iniciar el negocio, pero destaca que lo que prima en este tipo de negocios es “la relación de confianza” y por eso es importante tener empatía con el cliente y ponerse en su situación. Aunque reconoce que en una ciudad el abogado cuando sale de su despacho es un ser anónimo insiste en las ventajas del mundo rural, donde “la relación de confianza y empatía que tienes con el cliente es muy importante”, insiste.
La población en general no conoce del todo el trabajo que pueden realizar en un despacho de abogados y cuando el cliente visita a un profesional lo hace porque “tiene un problema, está agobiado y por eso es importante escucharle y buscar soluciones”, explica, mientras destaca que hay que trabajar junto al cliente y buscar posibles alternativas, para lograr la solución.
“Hay veces que te buscan para intentar ver una solución”, explica esta abogada quien reconoce que en ocasiones lo que el cliente necesita es un tercero que pueda dialogar por él, para explicar lo que necesita o entender lo que la otra parte le quiere trasladar y que no logra entender. “Muchas de las cuestiones que se plantean se resuelven a través de un abogado como un intermediario”, asegura, afirmando que en la mayoría de los casos no ha sido necesario acudir a un procedimiento judicial. Pero contar con un abogado de confianza permite además que el cliente sea representando en distintos espacios como juzgados o policía que para él pueden ser un mundo desconocido, pero donde el abogado puede resolver distintas cuestiones con normalidad.