Un año más el concierto de velas de San Esteban de Gormaz envolvió en magia y seducción un entorno único, como el casco histórico de la localidad ribereña, iluminado únicamente con la tenue luz de las velas en un recorrido musical que comenzó en el atrio de la iglesia parroquial y culminó a los pies de la iglesia románica del Rivero, celebrando así el tradicional concierto de velas que supuso también el cierre al verano cultural en la villa sanestebeña.
El concierto comenzó con el dúo formado por Gabriel Atienza al oboe y Alejandro Delgado con la flauta que interpretaron una sonata para dos flautas de pico, la obra de Telamann, con la que arrancaron una actuación que congregó al público fuera del atrio y a los músicos en un círculo de velas entre velas y pequeños paquetes iluminados también con luz suave que invitaba a cerrar los ojos y dejarse evadir por los acordes de estos músicos.
La actuación continuó unos metros más arriba, en el antiguo aparcamiento junto a la calle Mayor, donde los saxofones de Conchi Comas y Nacho Ayuso, acompañados por Bruno Fernández al clarinete bajo, deleitaron al público con la sinfonía 25 de Mozart, la banda sonora del Último mohicano de Trevor Jones, Autumn Leaves, de Jospeh Misma y la popular obra de Carlos Gardel, Por una cabeza.
El dúo de Atienza y Delgado volvió a repetir actuación, pero cambiando en escenario, de una iglesia a otra y del atrio de la parroquia a los pies de la iglesia románica de San Miguel, donde ofrecieron una primera Suite de piezas a dos voces sin bajo de Hotteterre, el Romano, un homenaje al siglo XVIII.
Y el broche de oro lo puso Elena de Nicolás en la escalinata del otro templo románico de la localidad, El Rivero, donde ofreció con su guitarra la obra de Carlo Domeniconi con la que finalizó, después de hora y media, el concierto de velas de San Esteban de Gormaz, que organizan el Ayuntamiento de la localidad con la colaboración de la Diputación Provincial de Soria.
Un disparo de fuegos artificiales sobre la espadaña del Rivero cerró una noche de luz y música que sedujo al público asistente.