En estos días de estar en casa uno de los hábitos que más se disfrutan es la lectura y en San Esteban de Gormaz siempre se ha potenciado la lectura y la literatura y de hecho algunos han sabido recoger esa semilla y transformarla en creatividad e ilusión. Porque eso es lo que transmiten los libros de Marta Orden Jiménez, una maestra de 41 años natural de la villa ribereña que lleva años enseñando en centros de otros puntos de la provincia, pero que no ha perdido nunca sus raíces, “como en mi pueblo no me siento en ningún sitio reconoce”.
Ahora acaba de sacar al mercado su tercer libro, Un camaleón y el color de su corazón, un regalo en forma de ejemplar que nació como un regalo, para el pequeño Marcos, un niño de cuatro años que tiene una cardiopatía congénita. “Es amigo nuestro y queríamos hacerle este regalo, porque en cada una de las páginas hay un corazón y queríamos que fuera especial”, explica esta joven sanestebeña que desprende dulzura en cada palabra, también en las escritas. Por eso pensaron en su pequeño amigo y creó la historia de este camaleón, que acaba de salir al mercado.
De hecho la presentación de su nuevo trabajo tuvo lugar el día 28 de febrero en Soria y el 1 de marzo en San Esteban y surgió leyendo con su hija. “Es como si me hubieran puesto ese cuento en la cabeza”, así que a los pocos días se levantó y comenzó a escribir, a dar forma al relato y a trabajar con la ilustradora Vanesa Escalada, “que ha hecho unos dibujos preciosos, llenos de colorido y expresividad que están atrayendo a los niños”, reconoce. Además esa sintonía marca también el trabajo conjunto entre ambas artistas “sentimos igual”, afirma Orden, quien ha contado con la colaboración del Grupo Comunicación Loyola para la edición de su tercera obra.
La historia de esta camaleón que esconde detrás un gran corazón permite que los padres lean a los hijos y a esta escritora le parece “un gran recurso para que los pequeños también empiecen a leer”, de hecho en su contribución a animar la estancia en los hogares durante estos días, compaginando el tiempo de cuidar a sus propios hijos y el trabajo como maestra en el CEIP Gerardo Diego de Golmayo, ha conseguido sacar tiempo para hacer un “video de ánimo para que los peques no se vengan abajo”. Contando su cuento es más fácil porque cuenta con una mascota realizada en marioneta, una auténtica obra de arte que le ha permitido “grabar un video en casa en el que el camaleón está animando a todos los niños” y lo han compartido en los grupos de todas las clases del centro. En sus presentaciones, como un gran cuenta cuentos, demuestra también todo el talento sobre los escenarios. Además “nuestro cuento también tiene canción”, añade Marta aunque ella siempre habla en plural cuando se refiere a sus cuentos, porque si algo resalta la autora de tres cuentos infantiles es “que en nuestro cuenta cuentos siempre vamos un gran equipo que es lo que hace grande todo el espectáculo” y no duda en dar las gracias “al equipo tan fantástico.
Pero Marta Orden sigue agradeciendo las muestras de cariño que recibe en cada actuación donde lleva sus obras, “agradecer todo el cariño que recibo siempre allá donde vamos”, poniendo como ejemplo que hace unos días recibió la llamada de una madre para explicarle que era el cumpleaños de su hijo y quería reunir a los vecinos para hacer un cuenta cuentos con Un camaleón y el color de su corazón, “menudo honor”, asegura Orde, emocionada “por todas las cosas que me van llegando y la gratitud”.
Y es que esta Camaleón llega después de publicar Coletas estrelladas, su primer libro y Coletas estrelaldas Atapasueños, su segunda obra. Su aventura literaria surgió porque comenzó a observar en el CEIP Diego Laínez de Almazán donde trabajaba entonces, y donde estuvo diez años, que los niños tenían muchos problemas de expresión, tanto escrita como oral, así como faltas de ortografía y tampoco entendía problemas, por lo que vieron que el fallo venía de la falta de lectura “y quise aportar mi granito de arena” y pensando qué podía hacer surgió su primera Coletas, siendo los alumnos del centro los primeros en conocer el primer relato de la protagonista de su primer libro. Después de contar por toda la escuela la primera historia, la vida de Coletas fue creciendo hasta completar las tres historias que se recogen en ese primer libro que contaba también con un CD con un audiocuento, el rosco de palabra y muchas actividades de comprensión lectora interactivas, así como un dossier de actividades, entre las que no faltaban un lectómetro.
La aventura de llevar el relato a una vivencia también fue posible, porque la protagonista incluso llegó al colegio y fue un auténtico éxito, tanto que solo tardó seis meses en vender las dos ediciones de un libro que actualmente está agotado. “Fue impresionante”, reconoce ante una sensación que se repitió durante unos años, porque durante muchos meses le pidieron que siguiera dando vida a su Coletas y así surgió hacer el segundo libro, también ilustrado, ese Coletas Estrelladas y el Atapasueños.
Esas obras también las presentó en San Esteban de Gormaz, su pueblo, donde reconoce que “me siento muy arropada” y donde surgió su afición por la lectura, “en el cole con Doña Angelines”, recuerda a esa maestra que inculcó los valores de la lectura a muchas generaciones. Su pueblo no lo olvida y todavía se emociona cuando piensa que aunque ahora no viva en la villa ribereña, sus amigas acuden a sus eventos con sus hijos y con los de Marta y al ver su cara “cuando estás contando cuentos” o ante la lectura de sus libros, le llega ese calor y esa sensación de que “como en mi pueblo no me siento en ningún sitio”, reconoce, aunque también explica que en donde vive y trabaja “estoy genial y tengo un equipo increíble”, pero no olvida la base, sus raíces, “la gente con la que he crecido, que son una garantía de cariño”.
Nació y creció en un pueblo y comenzó su carrera educativa en Riaza, otro pueblo, en este caso se Segovia, lo que le permite observar que “se enseña de forma completamente diferente” y asegura que “en los pueblecitos se valoran muchísimo las cosas, se emocionan mucho más”, poniendo como ejemplos también a los niños de su anterior cole, Almazán, ya que en lugares como Golmayo “están más estimulados tecnológicamente y todo cuesta el doble, porque se sorprenden menos”.
Pero en un lugar o en otro, sus relatos permitirán a los niños soñar y pensar, seguir disfrutando de la lectura y seguir sorprendiéndose, porque como dice Marta orden, “sin sorpresa no hay aprendizaje”.