Tras miles de kilómetros recorridos y huyendo de la tragedia de la guerra de Ucrania, pero también del dolor de ver cómo tratas de blancas o secuestradores de niños se aprovechan de esta situación para extender el mal, el domingo el convoy de ucranianos que Sergio Esteban y su equipo junto a Viajes Vidal de San Esteban de Gormaz llegó a España y comenzará una nueva paz para estos ciudadanos.
A su llegada a Madrid reconoció estar "reventad pero contento" mientras mantenía la sensación de "haber hecho poco y haber dejado mucha gente todavía allí", por lo que no descarta volver.
En el camino han tenido mucho cansancio pero también mucha ilusión y fuerza y sobre todo, como destacaba el propio Esteban, la colaboración de pueblos y personas que, sin pedir nada a cambio, quieren sumar su grano de arena para hacer más fácil la vida de los que lo están perdiendo todo. Los pueblos donde han ido parando se han volcado con el grupo y han dado muestras de una gran solidaridad. Y en cuanto a los viajeros, a medida que pasaban los kilómetros iban cogiendo confianza y, a pesar de la barrera del idioma, pero gracias al traductor, han sido intercambiando experiencias.
Este último tramo del viaje comenzó en la madrugada del sábado al domingo desde la localidad francesa de Viennes, al sur de Lyon, donde fueron recibidos el sábado por el alcalde y servicios médicos, así como Cruz Roja que dotó de camillas y todo lo necesario para atender a los refugiados ucranianos tras este duro viaje. “La verdad es que en los dos pueblos donde hemos hecho las paradas se han portado genial”, quiso destacar Sergio Esteban.
Tras cruzar la frontera, la primera parada del viaje ha sido en Barcelona, donde una madre y una hija fueron recibidas por una familia de acogida, después hicieron una nueva parada en Lérida, donde se bajaron varias familias para montar en un autobús con destino a Albacete y Murcia, así como otras siete personas de dos unidades familiares que se desplazarán hasta Sagunto (Valencia), entre ellos una embarazada.
Y así continuaron viaje hasta La Almunia de Doña Godina en Zaragoza, donde Jesús Moreno, de Viajes Vidal, se desplazó para ahorrarles una noche más de viaje, ya que Manolo, el conductor que ha estado al frente de la expedición no podía seguir circulando por el número de horas. “Nos hace un gran favor, porque en vez de llegar de madrugada hemos llegado por la tarde”, agradece Esteban en referencia a esta nueva muestra de ayuda, que les permitió llegar a Madrid mucho antes de lo esperado. A su llegada les esteban esperando dos ambulancias en Ventas para desplazar a las últimas siete personas que todavía no tienen familia de acogida para trasladarlas a un hotel a Ópera donde residirán hasta que tengan un nuevo hogar, sufragado también con el proyecto solidario que puso en marcha hace poco más de diez días.
El viernes salieron de Cracovia a las 7:30 de la mañana para emprender el viaje a España. Poco antes ya supieron que cinco de los refugiados que esperaban poder montar en el autobús no habían podido cruzar la frontera. “No podíamos retrasar más el autobús”, lamentó este joven sanestebeño, así que con 43 viajeros, el conducto de Viajes Vidal emprendió el regreso, mientras el equipo de cinco personas que componen Sergio Esteban, su mujer Sandra Ferrero y sus colaboradores seguían buscando una solución para este problema. Y lo fueron encontrando, gracias a unos bomberos de Villarobledo con los que contactaron durante el viaje y que llevarán hasta España a tres de los que no llegaron a tiempo. Siguieron moviendo contacto y en unas horas lograron que el mismo viernes se pudiera sacar a otros tres ciudadanos ucranianos que estaban cruzando todo el país para lograr huir. Coordinados con el equipo de montaña activa de Albacete, que ha fletado un autobús a Lérida, lograrán seguir sumando esfuerzos y de hecho hasta esta provincia viajarán 12 de los pasajeros ucranianos del autobús sanestebeño, mientras que otros irán a familias de acogida o alojamientos como el de Carcelem, o a casas de familiares o contactos que los propios ucranianos contaban previamente. Mientras viahaban seguían gestionando familias de acogida en Madrid, aunque Sergio Esteban reconoce que se han puesto en contacto con él algunas familias particulares de Soria, pero que todavía no han tenido tiempo de poder gestionar esos desplazamientos, aunque siguen trabajando en ello, porque “sí se podría”.
Así comenzó una primera etapa, la del viernes que “fue bastante bien y no hemos tenido ningún problema”, explicó Sergio quien reconoció que los ucranianos que viajan junto a ellos y también han entendido que hay que cumplir algunas normas de horario para intentar llegar a tiempo. La primera noche llegaron hasta la localidad alemana de Lau fan der Pegnitz, para la que solo tiene de elogio. Conocían esta localidad porque su compañera Paula, “que está gestionando todas las paradas porque ella ya sacó a 170 ucranianos en cuatro autobuses”, conocía el lugar. Se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de la localidad y les facilitaron un gran espacio con duchas, cocina, baños, polideportivo y comedores, para atender a todos los viajeros. “Nos han dado de todo”, explicó este sanestebeño, desde café o comida y también el desayuno del sábado, además de pagar el hotel del conductor del autobús y llevarle de la zona de descanso al hotel para que no tenga que hacer más kilómetros al volante.
Se han portado ““extremadamente bien”, destacó Sergio, asegurando que “no quieren absolutamente nada, que están encantados de aportar su parte “, explicó admirado de la ayuda de tantas personas.
Porque no solo han contado con la colaboración del pueblo alemán, sino que además también han contado con la ayuda de la ONG World Central Kitchen en la frontera entre Polonia y Ucrania, así como en la ciudad de Cracovia. “Contadtamos con ellas”, explicó Sergio y se encontró con “dos chicas increíbles, que nos han preparado 40 comidas, pero no 40 comidas cualquiera, sino pollo asado, como el que te puedes comer en tu casa, desayuno, agua, zumos, todo lo necesario para el viaje”, afirma el sanestebeño quien sigue sorprendido de “cómo se han portado, no nos han pedido explicaciones de nada, solo nos dijeron cuántos queréis, dónde y a qué hora”.
Detrás de Sergio y Sandra hay un gran equipo, desde la Fundación Madrina que es con la que ellos colaboran y que junto con otras fundaciones y ONG han fletado un avión que partió el viernes hacia España con refugiados, así como Cruz Roja San Esteban, Cruz Roja El Burgo, Cruz Roja San Leonardo, Eroski de El Burgo, San Esteban y Ayllón, supermercado Día de El Burgo de Osma, Farmacia Irigoyen de San Esteban, Farmacia Hernando Valdizan (Madrid), Nufri La Rasa, Ayuntamiento de Langa de Duero, Ayuntamiento San Esteban de Gormaz, Transportes JAM Soria, Panaderia SELA, asociación Amigos de las Bodegas y el castillo, Viajes Vidal, zapaterías López, asociación de Peñas de San Esteban, AD San Esteban, Bicicletas Soria Ferrebike, Vitalia Servicios Sanitarios SA, compañeros de la Gerencia de Urgencias, Emergencia y Transporte Sanitario (SESCAM), compañeros Clinica CEMTRO, así como amigos y familiares de Sandra, Paula, Andryi y Sergio.