Los Titiriteros de Binéfar y los danzantes catalanes fueron el domingo el punto y final al Festival Aires de Dulzaina que durante el fin de semana ha llenado las calles y la carpa municipal de San Esteban de Gormaz de música tradicional y el sonido de gaitas, dulzainas y tamboriles, ofreciendo un recorrido por los distintos puntos del país que comparten este instrumento en su base cultural.
La carpa acogió el espectáculo final que, bajo el título de No nos moverán, protagonizaron los Titiriteros aragoneses dirigido a un público infantil, pero que también hizo las delicias de los más mayores que acudieron a la clausura. No ha sido la única aportación de los de Binéfar durante esta edición del festival de folk, puesto que desde el pasado día 20 y hasta ayer se pudo contemplar una exposición de juegos tradicionales y títeres en los bajos de la biblioteca municipal.
Pero ayer, también hubo un espacio par la danza, porque la Plaza Mayor acogió la actuación de los danzantes de Cataluña, gracias a tres grupos de danzantes que, acompañados de una colla de músicos, representaron los bailes históricos de su tierra. Así bajo el grupo de Cesc Sans, Iris Gayete y Daniel Carbonell, tanto el público local como los visitantes que durante estos días han hecho de San Esteban de Gormaz su casa musical, conocer los bailes de Pastorets, de Vilafranca del Penedés, el de Prims de Reus y también el de Panderos, de nuevo de Vilafranca.
Además, la música no dejó de sonar en toda la mañana festiva y animó el vermú, al igual que durante la jornada del sábado, desafiando a las malas predicciones meteorológicas y llenando todos los espacios en cada uno de los eventos, poniendo de manifiesto que la Dulzaina congrega, en San Esteban, a una gran familia.
Así lo demostraron también durante una de las últimas canciones que interpretó el grupo Nuevo Mester de Juglaria en la madrugada del sábado, cuando se subieron al escenario a tocar distintos músicos llegados de diferentes rincones del país, para demostrar que la música une y que las tradiciones, pese a matices, tiene muchos puntos de unión.