Con una intensidad asombrosa, el ritmo de los 90s y los 2000s y la caracterización de los músicos de Compases del Duero, la banda de música de San Esteban de Gormaz ofreció su concierto de verano el pasado sábado en la carpa municipal, en un viaje que llevó a los presentes a rememorar algunas de las canciones que han marcado una época.
Gracias a la colaboración de Carmen, los músicos llevaban trajes que recordaban aquellos años, desde vestidos de gala, camisetas con estampados imposibles o cintas al más puro estilo discotequero.
El concierto comenzó con la canción Viva la vida de Coldplay, a la que siguió Día de verano de Amaral y la mítica It’s my life de Bon Jovi. El ritmo latinno continuó con La camisa negra de Juanes y el Clavado en un bar de Maná y la primera parte concluyó con una remix de La oreja de Van Gogh y la sintonía dance Desenchantée de Kate Byan.
Tras un merecido descanso para reponer fuerzas, porque el concierto suponía una gran intensidad y esfuerzo para los artistas dirigidos magistralmente por Jessica Redondo Fresno, volvieron con una segunda parte cargada de ritmo.
La iniciaron con un repaso a los clásicos de Camela, haciendo un guiño a la suspensión del concierto en la noche anterior en la vecina El Burgo de Osma y continuaron con otros dos repasos de grandes éxitos, por un lado de Fito y los fitipaldis y de Mago de Oz, otro grupo que también suspendió su concierto en Soria este pasado mes en Ágreda.
Para terminar eligieron las canciones de Esto es Estopa del grupo catalán y un Remember 2000 con las canciones más discotequeras del inicio de siglo.
Aunque no hubo bises, debido a la duración y energía del concierto si realizaron un sorteo entre los que acudieron con camisetas feas, como rezaban sus anuncios y regalaron un jamón al miembro del público con una mayor imaginación a la hora de vestir su camisa hortera.