El Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz convocó en la noche del miércoles a una reunión a los vecinos y usuarios de la zona de baño del paraje de La Alameda y La Rambla, la zona de baño reconocida por la Junta de Castilla y León como playa fluvial del Duero a su paso por la localidad, para analizar la situación y medidas ante la alarma sanitaria.
La alcaldesa de la localidad, María Luisa Aguilera, reconoció que se ha optado “por mantenerlo abierto” pero destacó que se ha establecido un nuevo protocolo sanitario con la colocación de una nueva cartelería, donde se especifican aspectos como el aforo o la necesidad de atender las distintas obligaciones sanitarias y cuantas puedan surgir.
Pero la regidora recuerda que “se recomienda la abstención permanente de bañarse en el Duero”, motivada por el COVID 19 y apeló a la sensibilidad y responsabilidad de todos, explicando que hay informes, no vinculantes, que indican que es desaconsejado el baño en zonas de agua dulce.
Además, Aguilera lamentó que haya vecinos “aterrados” porque existen personas y cuadrillas que acuden a la zona de baño sin respetar distancias ni el uso de la mascarilla y por eso pidió que cuando se vea una actuación incorrecta, se denuncie.
Confió en que esta situación se mejore a medida que se reduzcan los rebrotes y la alerta sanitaria, mientras avanzó de la posibilidad de que próximamente también se permita fumar en la playas, lo que incluiría esta zona de baño y que “hay que cumplir las normas”.
Además aseguró que aunque al Consistorio “nos siguen pidiendo que mejoremos los accesos”, aseguró que estas mejoras no se van a llevar a cabo, para “no poner puente de plata los accesos”, explicando que desde el Ayuntamiento se va a llevar a cabo una limpieza e higiene diaria, pero insistió en que el baño en la zona “corremos un algo riesgo”, por lo que volvió a insistir en la responsabilidad.
También aseguró que “cuando se detecte cualquier anomalía se cerrará, no nos va a temblar el pulso” y apeló al control de todos los ciudadanos y usuarios.
La regidora sanestebeña insistió en que hay “informes que no son vinculantes y determinados estudios que hablan de la resistencia del virus en las zonas dulces” y aunque no es alarmante desde el Consistorio se han realizado pruebas que, si bien el agua es “apta para el baño” no es recomendable este verano por la pandemia.
Por eso quiso reunir a los vecinos que pidieron durante la reunión que siguiera abierta la zona y se comprometieron a ser responsables, aunque Aguilera insistió “tenemos que seguir recomendando la abstención permanente de bañarse”, aunque reconoció que el uso de la zona es compatible con tomar el sol, el descanso y el paseo, dentro de las directrices de la nueva normalidad.
La reunión comenzó exponiendo tres escenarios, desde el cierre, renunciar a la consideración de playa fluvial o mantener abierto e incluir ciertas medidas, que a lo largo del tiempo se han recomendado, como dotar de socorristas o la colocación de urinarios públicos.
Algunos de los asistentes a la reunión lamentaron que existiera la propuesta del cierre “para eludir otras responsabilidades”, según reconocieron algunos usuarios, que incluso rebatieron las informaciones ofrecidas desde el Ayuntamiento ya que no eran “de obligado cumplimiento”. Esa presión por el mantenimiento de esta zona natural que comprende desde el embarcadero hasta parajes como la Alameda y La Rambla, permitió que los incondicionales del río, como algunos de los asistentes se definen, estén dispuestos a asumir las consecuencias del baño, ya que consideran que los informes no son definitivos ni vinculantes y apelaron a una mayor limpieza del espacio, “para hacerlo atractivo para vecinos y turistas”.