San Esteban de Gormaz volvió a celebrar ayer con intensidad la fiesta del Corpus Christi con la elaboración de alfombras florales que llenaron su casco histórico y que sirvieron de regalo para que los más pequeños que han realizado la Primera Comunión pudieran estrenarlas bajo sus pies durante la procesión.
En San Esteban de Gormaz, los trabajos también comenzaron a las seis de la madrugada, cuando los voluntarios se reunieron en el casco histórico para llenar de color los dibujos realizados la noche anterior. Con serrín pintado, césped y sal, elaboraron distintas alfombras llenas de colorido desde la iglesia del Rivero hasta el atrio de la parroquia. A lo largo de ese camino se pudieron ver muchos elementos geométricos, el nombre de los niños que han realizado la Primera Comunión este año, de chavales de los últimos cursos de Primaria que han querido rendir homenaje a sus compañeros, así como el trabajo de vecinos y asociaciones, donde no faltaban guiños a las bodegas, el escudo municipal o ángeles cantores.
Palomas de la paz, racimos de uvas, flores, motivos geométricos, un gran Cristo crucificado presidiendo la Plaza Mayor y cálices eran algunas de las formas que se podían ver ayer por estos 1.300 metros cuadrados de alfombras que sirvieron de guía del cortejo procesional, encabezado por los niños de Comunión que lanzaban sus pétalos y arropados por la banda de música Compases del Duero, el sacerdote de la parroquia, la corporación municipal y fieles que no dudaron en arropar a los pequeños y sus familias en esta fiesta que se marca ya en rojo en el calendario ribereño.