A las ocho de la tarde de cada 25 de diciembre, desde hace 27 años, el paraje del Sotillo de San Esteban de Gormaz acoge el milagro navideño, con la representación del Belén Viviente, una recreación de la Navidad que desde 1996 congrega a un centenar de actores voluntarios que dan vida a la historia que marca incluso nuestro calendario desde hace 2023 años.
Así, los actores que suman más de 90 vecinos de la localidad, empiezan a salir del arco de la Plaza Mayor hacia el puente y comienzan a descender las escaleras para ocupar sus viviendas: posaderos, leñadores, carpinteros, molineros, panaderos, herreros, castañeras, lavanderos, pastores y chocolateras, mientras los soldados de Herodes vigilan la que fuera la ciudad de Belén y los niños juegan por las calles con sus aros de hierro o saltando ajenos a que van a ser los protagonistas de uno de los hechos históricos más significativos.
Y entonces comienza la magia, bajo la dirección de José Luis Martín Sastre, se empiezan a escuchar las voces de Cristina Izquierdo, Félix Redondo y el propio Sastre que suman entre ellos 240 años, porque en esta edición se ha querido hacer un repaso a los mayores, que han recogido el espíritu de la Navidad y lo han ido trasladando a sus familiares, generación tras generación.
Así comienzan a simular la colocación de estas figuras humanas en el belén, sin dejar de hacer referencias a los cambios sociales y a la realidad, como la ausencia de ovejas y pastores en los campos sorianos o el dolor y rabia de que “en esa tierra sagrada, 2023 años después siguen habiendo Herodes sin corazón”, en referencia a la guerra en la franja de Gaza.
Un texto con humor y todo el cariño del mundo que recogió canciones tradicionales y otras más actuales para repasar todos los oficios antes de que San José y la Virgen entren en escena y encuentren un refugio en la posada, donde dar vida a Jesús, el hijo de Dios. Nacido en plena oscuridad, entonces las luces que manejan Sound and Services y MIrandao del Hoyo iluminan un portal en el que se ha producido el nacimiento y todos los actores corren a adorarle, empezando por los pastores y recordando, como dicen las palabras de los narradores el valor de la unión en el pueblo sanestebeño.
Porque este belén viviente, que fue pionero en la provincia cuenta no solo con la participación de más de 100 voluntarios entre actores, equipo técnico y colaboradores, sino también incluso con ovejas de raza ojalada, las auténticas de esta Ribera y la Sierra Pela, que hacen que sea una representación auténtica y que se convierta en la felicitación navideña más multitudinaria de la comarca.