Desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, Extremadura, Navarra o Catalunya, las comunidades afectadas se están organizando para decir basta, tal y como explican en un comunicado la asociación vecinal de afectados por agresiones medioambientales, que ha convocado a los vecinos de San Esteban a sumarse a esta "jornada de lucha", impulsada por la red estatal StopBiogás. Desde esta red se denuncia un modelo que devasta el medio rural, degrada el territorio y pone en riesgo la salud de las personas, fomentado sin transparencia y sin escuchar a la ciudadanía.
La cita será en San Esteban de Gormaz, frente a las Escuelas Viejas el sábado 31 de mayo a las 12 horas.
Desde esta red se denuncia que las macro-plantas de biogás y biometano están siendo presentadas como instalaciones "verdes" o "circulares", cuando en realidad:
- Son grandes instalaciones industriales contaminantes, que reciben y procesan residuos como purines, lodos de depuradora, restos orgánicos urbanos, restos agrícolas, subproductos de mataderos o incluso cadáveres animales.
- De estas plantas se obtiene un residuo tóxico: el digestato, que contiene metales pesados, bacterias resistentes, fármacos veterinarios, nitratos y otras sustancias contaminantes. Su esparcimiento o almacenamiento inadecuado puede generar focos de contaminación en suelos, acuíferos y atmósfera, provocando olores insoportables, proliferación de insectos y aumentando los riesgos para la salud pública. Pudiendo incluso derivar en crisis sanitarias como ocurrió con la de las vacas locas.
- Lejos de fomentar una economía circular, estas macro-plantas necesitan un flujo constante y creciente de residuos para ser rentables. Esto refuerza el modelo agro-industrial contaminante, especialmente el de la ganadería intensiva.
- En muchos territorios, se están promoviendo nuevas macro-granjas bajo la excusa de que los residuos serán procesados en macro-plantas de biogás. Esto crea un círculo vicioso que multiplica la contaminación: más animales, más residuos, más digestato, más emisiones. El biogás se convierte en la coartada para legalizar la expansión de un modelo insostenible.
- Estos proyectos no generan beneficios reales para los pueblos: crean poco empleo, deterioran los recursos naturales, desvalorizan las viviendas y dificultan un modelo rural sostenible.
- Además, la tramitación de los proyectos se realiza con total opacidad y sin participación vecinal. Se aprueban con evaluaciones ambientales incompletas o sesgadas, y se financian con fondos públicos bajo promesas falsas de sostenibilidad. Crean ruptura social, fomentando la confrontación entre los vecinos y vecinas. Quienes cuestionan estos proyectos son tachados "enemigos del progreso".
Por todo ello exigen la paralización inmediata de todos los proyectos de macro-plantas de biogás y biometano en tramitación o/y aprobados, así como nuevos proyectos, a la vez que apuestan por una transición hacia un modelo energético justo y descentralizado, centrado en el auto-consumo, la eficiencia energética y las renovables verdaderamente sostenibles, sin convertir a los pueblos en zonas de sacrificio.
Una gestión de residuos responsable y en origen, basada en la reducción de residuos, el compostaje local y el fin del despilfarro agro-industrial.
Pidiendo, también, que se respete el derecho de los territorios a decidir su modelo de desarrollo, apostando por alternativas vivas como la ganadería extensiva, la agro-ecología y el turismo rural.